Rituales y Meditaciones

La oración de gratitud

Padre, Te doy las gracias por el don de la vista.
Permíteme ser digno de él y ver detrás lo que hay que mirar.

Padre, Te doy las gracias por el don de oído.
Permíteme usarlo para escuchar Tu Voz escondida detrás de todo lo que se dice.

Padre, Te doy las gracias por el don de la palabra. Permíteme de hacerla vivir con el fin de cantar Tu Presencia en todas las cosas.

Padre, Te doy las gracias por el don del tacto.
Permíteme reconocer siempre el calor de Tu Vida en el corazón de todo lo que palpita o parece adormecido.

Padre, Te doy las gracias por el don que me hace recoger los cien mil perfumes de este mundo.
Permíteme recordar Tu Esencia en cada inspiración de mi pecho y de mi alma.

Padre, Te doy las gracias por todas esas fuerzas con las que me has colmado.
Que, a través de ellas, mis pasos sepan hacia dónde dirigirse y que mi corazón no olvide nunca la dirección que has inscrito en él. Consolida mi voluntad con el fin de que sea dicho que la Llama jamás vacila en mí.

Padre, Te doy las gracias por los obstáculos que pones en mi camino porque sé que Tu Voluntad es que mi mirada una todas las cosas, que mi oído solo escuche Tu Aliento, que mis labios sólo pronuncien lo que es justo, que mi mano sólo teja la vida y que mi olfato sólo distinga Tu Perfume en el corazón de este mundo.

Padre, Te doy las gracias por Tu Exigencia a fin de recordarme sin cesar que sólo debo tomar una justa medida de aquello que se ofrece a mí y tener la lucidez de encontrar siempre en ello la felicidad.

 

Oracíón enseñada por Jésus a Juan © Daniel Meurois

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