La muerte… ¿Qué hay al otro lado?

La muerte… ¿Qué hay al otro lado?

La muerte… ¿Qué hay al otro lado?

Vivir SIN MIEDO a la MUERTE te lleva hacia una VIDA PLENA y ALEGRE

Daniel Meurois y Marie Johanne Croteau

Seminario MADRID 3 y 4 de noviembre 2018

Este nuevo encuentro con Daniel Meurois y Marie Johanne Croteau, abordará el tema de La muerte… ¿Qué hay al otro lado? , de la vida una vez desencarnados y del acompañamiento durante el proceso. Temas que nos afectan y nos interesan a todos, incluso a los que dicen que no les importa y que no les preocupa…. en el fondo es una inquietud, una incertidumbre y un temor que nos invade a cada uno sin excepción. Pocas veces tenemos la oportunidad de estar con personas como Marie Johanne y Daniel Meurois, que además de tener un conocimiento directo de los otros planos de conciencia por pura experiencia, poseen una calidad humana y de alma que podréis percibir desde el principio. En compañía de Daniel Meurois y de Marie Johanne Croteau vamos a descubrir el proceso de la muerte y a encontrar las respuestas a muchas de esas preguntas que nos hacemos. Os esperamos !!
Una vida a través de los Universos Paralelos…

Una vida a través de los Universos Paralelos…

Una vida a través de los Universos Paralelos…

Una vida a través de los Universos Paralelos… Entrevista con Daniel Meurois, entrevista realizada por Marie Johanne Croteau.

Marie Johanne Croteau:

Daniel Meurois, es usted autor de una obra bastante sorprendente titulada “Universos Paralelos, hay numerosas moradas” dedicado a los universos paralelos.

Una de las particularidades de este libro es que cita muchos acontecimientos que han marcado su propio camino. Después de más de tres décadas de testimonios, ¿Por qué confiarnos por primera vez todas estas experiencias personales?

Daniel Meurois:

Simplemente creo que había llegado el momento. Creo que es debido a una especie de pudor el que hasta ahora no haya deseado exponer públicamente, incluso ni siquiera en privado, las experiencias que testimonio aquí y que han marcado interiormente mi itinerario. A mi modo de ver, esto tiene un carácter íntimo. ¿Existe algo más personal que las experiencias por las que nuestra Alma aprende a florecer?

Además, no veía de qué manera mi propia vida, en algunos de sus aspectos privados, podía ser interesante para cualquiera.

Sin embargo estoy feliz de haber cruzado la “línea roja” porque, sin duda, este paso me acerca mucho más a mis lectores. Nunca me han gustado las distancias. Es la cercanía y la sencillez lo que permite enseñar más allá del intelecto.

Por otra parte creo que las anécdotas que menciono eran indispensables para invitar a cada uno a explorar la noción de los Universos Paralelos de un modo diferente. He querido que esté vinculado con lo cotidiano y no mediante un conjunto de hipótesis. Es primordial comprender claramente la noción de universos paralelos cuando nos planteamos la apertura de conciencia.

En efecto, el verdadero tema de este libro es el de las “esferas de vida” virtuales que construimos en cada instante con nuestra manera de ser y de pensar.

Su función es hacernos comprender que constantemente co-creamos los mundos en los que nos movemos a tientas y evolucionamos. Incluso aceptando esto como verdad, la mayor parte del tiempo ignoramos cómo funciona y hasta qué punto navegamos en nuestras propias creaciones.

Mi intención ha sido resaltar el hecho de que los mundos que nos rodean son el resultado directo de nuestros niveles de conciencia sucesivos.

Ante todo, es este concepto, el de los “niveles de conciencia”, el que está en el centro de la reflexión. Visto así, concibo que el propósito pueda parecer árido pero, a través de las anécdotas que forman mi propia vivencia, nos damos cuenta enseguida que no es así… incluso si rozamos constantemente los fundamentos de la física cuántica.

“Universos Paralelos” proclama simplemente que la Vida es apasionante y fantástica y nos sugieren desvanalizarla haciéndonos penetrar en algunos de sus engranajes más misteriosos: por supuesto lo que llamamos la muerte, pero también, entre otros, los del sueño, los de los mundos Élficos, Arcangélicos y de los Arquetipos.

Expongo también algunos métodos de trabajo sobre sí mismo con el fin de desarrollar la percepción multidimensional de nuestro Ser y acercarnos a nuestra verdadera naturaleza.

A lo largo de las páginas, invito a tomar continuamente una especie de ascensor entre los diferentes niveles de nuestra realidad…

El objetivo es retirar, incluso romper nuestras barreras mentales. Es la condición básica de toda posibilidad para reencontrarnos con nuestro Ser. Redescubrir nuestra relación con el Universo es redefinirnos y en última instancia, conducirnos a reinventar las leyes de este… hasta la naturaleza de su materialidad.

M.J.C. ¿Puede hablarnos con más precisión de las diferentes moradas del Alma a las que se refiere? Ha hablado de la morada de la muerte, pero esta dimensión ¿no es ya el tema de numerosos libros? ¿En qué se diferencia su testimonio en este libro?

D.M. Sí, cuando hablamos de las moradas del Alma, pensamos inmediatamente en la muerte y en nuestra cultura se evoca inmediatamente, como un reflejo, las nociones de paraíso, de purgatorio o incluso del infierno. Allí seremos recompensados o puestos en cuarentena… o radicalmente castigados… esto gira en entorno a una imaginería muy dualista, pueril y estereotipada que no nos ayuda nada a crecer o comprender el verdadero sentido de la vida.
Mi deseo era mostrar que esos universos no son lugares generados por el Divino “en alguna parte” del universo y en los cuales nos coloca de manera arbitraria después de nuestra muerte, sino que por el contrario, esos espacios vibratorios los generamos nosotros mismos debido a la naturaleza de nuestros pensamientos y en los que estamos convencidos de vivir.
En realidad, las moradas de después de la vida son hologramas generados por los micro-universos que habita en nuestra alma. Así que podemos decir que hay tantos, como seres humanos.
Las anécdotas que cuento, me llevan a insistir en que, todos los mundos en los que vivimos o viviremos, son espacios mentales y emocionales. Son burbujas vibratorias que están destinadas para estallar tan pronto como nuestros horizontes interiores se retiren. Todo esto, nos lleva inevitablemente a explorar el concepto de ilusión, la Maya.
Mi testimonio apunta directamente a que tomemos conciencia de la naturaleza profunda de la materia y de nuestra relación inconsciente con ella.
Podemos imaginar que sólo la materia de nuestro universo cotidiano ofrece aspectos de lo tangible. Esto es falso… Todas las moradas que exploro, no sólo las “de después de la vida», sino también por ejemplo, los sueños o el mundo de los Elfos son tangibles. Se trata de otro estado de la materia, una materia que es la proyección directa de lo que somos internamente.

M.J.C. Ha mencionado la Maya, la ilusión. ¿Para usted la Maya sería entonces, paradojicamente una realidad y no un concepto filosófico o metafísico?
D.M. Es una evidencia y no un concepto… Las experiencias de las que doy testimonio, hablan de nuestro mundo cotidiano como una morada entre otras. Esta es el fruto de un holograma colectivo que refleja nuestro nivel medio de conciencia. Los orientales, familiarizados con este concepto de la vida lo llaman Bhur Loka… Si todos juntos empezáramos a pensar la materia de manera diferente, esta modificará inmediatamente su estructura atómica y sus leyes. Se ajustará a los horizontes de nuestra Alma y expresará las nuevas perspectivas…
Todos los fenómenos que calificamos como milagros, son el resultado de la infinita maleabilidad de la materia. Debido a esto, algunos seres realizados hacen verdaderos malabares. Su nivel de conciencia les ha llevado a otra relación con el mundo.
Para mi está claro que en el estado que se dice de vigilia soñamos nuestro mundo, de la misma manera que soñamos mientra dormimos o también cuando hemos pasado al más allá y creamos nuestras diferentes moradas… hasta que sobrepasamos la gigantesca esfera vibratoria de la Maya.

M.J.C. Entonces la Maya es el obstáculo absoluto, el que nos impide realizarnos…
D.M. Podemos verlo de esa manera. Sería más preciso considerarlo como la más increíble herramienta para la elevación. Hay que agotarse en la ilusión de los sueños para comprender finalmente que son sueños y desear ardientemente el Despertar, es decir, de regresar a casa, más allá de las múltiples moradas. Es del vagabundeo a través de las diferentes estratos del ego como surge la necesidad imperiosa de reencontrar el camino del Origen.

M.J.C. Nos cuenta haber penetrado cierta noche en lo que llamamos un Sanctum. Ha descubierto su propio Sanctum o santuario personal, que traduce la arquitectura ideal de su alma, el punto de luz reclamado por su ser para revitalizarse. ¿Puede decirnos algo más?
D.M. Un sanctum es una especie de refugio… pero también una plataforma desde la cual el Alma puede considerar elevarse aún más. El área de la conciencia que está fuera del cuerpo es una herramienta para el crecimiento.
El sanctum es la fiel traducción del espacio de nuestro corazón y aspiraciones más profundas de nuestro Ser. Me parecía interesante indicar de qué manera cada uno puede tejer una morada para revitalizarse, porque en realidad su realización y su alcance como “punto de anclaje celeste” no está reservado a unas pocas personas con capacidades psíquicas.
Cada uno puede construir facilmente su propio sanctum en el mundo “invisible” o ser consciente de el que ya existe. Debemos darnos cuenta de que todos somos, sin saberlo, arquitectos, albañiles, carpinteros, escultores, jardineros-paisajistas… en definitiva creadores. Construir con lucidez, en lo invisible una morada o un espacio afín a nosotros, es una buena manera de consolidar un enfoque interior.
Para algunos esto puede ser más fácil que meditar o rezar. Darse un baño de luz en su propio reino es un soplo de aire puro que cada Alma puede ofrecerse con el fin de aprender mejor a recuperar la memoria.

M.J.C. ¿Puede explicarnos cómo los antiguos egipcios de la época de Akhenatón, por ejemplo, ya conocían todo esto?
D.M. Sabe, cuanto más avanzo más me doy cuenta que no hemos inventado muchas cosas a pesar de los milenios que han pasado. Los antiguos tenían un conocimiento sobre la mente humana, las leyes del Cosmos y de la vida en general infinitamente más profundo de lo que suponemos. Lo único que hacemos es sacar de nuevo a la luz y con nuestras propias palabras, la naturaleza energética del cuerpo y una multitud de realidades de naturaleza vibratorias que antaño eran obvias.
Hoy en día, considerar la existencia de otras moradas de vida a través del universo, nos pide una apertura de mente que nos discrimina… es sorprendente porque es como si una parte importante de nuestra humanidad se hubiera pasado siglos dedicándose a estrechar su campo de visión en lugar de ampliarlo. Estoy además sorprendido de que hayamos avanzado tanto a nivel tecnológico cuando en paralelo nuestras conciencias ha evolucionado tan poco. Visceral, emocional y mentalmente nuestra especie es la misma que hace miles de años. Se ha tecnificado pero no ha madurado.

La sabiduría y el conocimiento están presentes desde el alba de los tiempos… Creo que nuestra época se caracteriza solamente por el echo de que pone a disposición más fácilmente y de manera abierta a todo el mundo esta sabiduría y conocimiento. No hemos ganado nada en calidad y profundidad pero sin embargo hemos crecido en número.

M.J.C. En “Universos Paralelos” nos dice que la meditación es una vía privilegiada no sólo para visitar las diferentes moradas de nuestra Alma sino, para llegar a la “casa del Padre”. También menciona la potencia de la oración, hermana gemela de la meditación, en un pasaje de su libro, que es seguramente uno de los que dejan huella ¿Podría comentarnoslo?
D.M. Abordar el tema de la oración en el contexto de los Universos Paralelos puede sorprender, sin embargo quería ir en esa dirección porque mi experiencia me lleva a hablar de la oración como una herramienta de construcción para crear y perfeccionar la morada que representa todo ser humano. Para mí, constituye un vínculo entre lo Divino y nosotros, un vínculo que mantiene lo que yo le llamo el recuerdo, es decir, nuestra cercania, nuestro enlace familiar con la fuente.
En Occidente, estamos demasiado acostumbrados a concevir la oración como un monólogo que utilizamos cuando tenemos que pedir algo al “Cielo”. Se trata como una súplica y generalmente esta vivido como un monológo fijo que pronunciamos más bien de manera mecánica.
La anécdota que relato sobre la oración por el contrario, la convierte en algo vivo y dinámico como si fuera un diálogo. De hecho, cuento cómo en alguna parte del Himalaya y en un estado de abandono total, una verdadera “línea telefónica” se estableció entre las esferas superiores de mi Ser y mi realidad encarnada. Redescubrir el verdadero mecanismo y la función primordial de la oración, puede ser la clave determinante que nos llevará a dar un gran salto hacia adelante. La oración nos introduce en lo Sagrado… y de esta manera su ayuda se convierte en algo muy concreto.

M.J.C. Por primera vez nos relata una experiencia única, la de haberse acercado al Portal de los Arcángeles. Trayéndonos de allí recuerdos inolvidables…  ¿Por qué ha tenido acceso a ese mundo y nunca antes había hablado de ello?
D.M. En primer lugar, aclaro que no he tenido acceso, pero he tenido la gracia de acercarme a su portal, es muy diferente… ¿Por qué razón? Creo que permitiéndome levantar ligeramente una parte del velo, las Presencias que guían mis pasos me dieron, de este modo, la oportunidad de testimoniar un poco más la infinitud de Luz a la que cada uno de nosotros estamos invitados. Para avanzar hacia el Espíritu, nuestra Alma necesita un poco más de perpectiva de Luz de la misma manera que nuestro cuerpo necesita oxígeno y agua para vivir.
Debemos entrever lo que es, lo que nos espera, lo que nos reclama para encontrar la fuerza para avanzar. También hay que tomar conciencia sea como sea que nuestra forma de vida o de expresión de la vida, es sólo una entre una multitud de tantas.
Nuestra especie es extraordinariamente egocéntrica, se siente ser el centro de todo, de la misma manera que se siente en la cima de la creación. ¡Esto es absurdo!
Tal como somos no representamos más que a unos pocos actores medio conscientes en el rodaje de una serie de televisión que se emite en uno de los innumerables canales de la vida en el Universo.
Afortunadamente, no sólo existen otras películas, otros escenarios en otros canales sino que también hay otros receptores con otras cualidades o capacidades diferentes a las nuestras que no podemos ni  imaginar. Si no he hablado de mi contacto con el mundo de los Arcángeles antes, es porque tenía miedo de que se caricaturizara momentos que fueron particularmente sagrados para mí. He dado un paso adelante porque quizás domino un poco más la escritura que en el pasado y porque el tema abordado me llevaba a eso con fuerza.
Hay que saber que mi método de trabajo no tiene nada que ver aquí con el “channeling” y que siempre habrá cosas, elementos o información que no serán comunicables a través de las palabras.
La experiencia directa es insustituible. Esto es lo que me hace sensible con el pensamiento gnóstico, por ejemplo: «Crecer, pero no sólo creyendo sino sintiendo, experimentando, en definitiva conociéndolo desde dentro”
“Universos Paralelos” nos invita a este tipo de enfoque. ¿No se dice que hay que pedir para recibir? Somos la puerta de entrada que conduce a una infinidad de moradas… ¿Por qué no usar nuestras vidas para hacer todo lo posible con el fin de conseguir las llaves?
Si queremos crecer, primero hay que aprender a distinguir la naturaleza de los barrotes de nuestra prisión.

 

Universos Paralelos

Daniel Meurois

Memorias del pasado

Memorias del pasado

Memorias del pasado

El pasado participa en nuestro presente y construye nuestro futuro de forma individual y colectiva…
Nosotros, los humanos, estamos condicionados a pensar que sólo lo que es tangible y palpable es real…
Y sin embargo…
Esto no nos impide conocer las alegrías y las penas de nuestro mundo emocional (o del astral). Para tocar una emoción, un miedo o un sentimiento aceptamos confiar en una sensación «impalpable».
También tenemos en cuenta el mundo de lo imaginario, es decir, del universo misterioso de los sueños…
Sin embargo, todos estos espacios de «nuestra realidad del ahora» existen en otros planos de conciencia.
Somos una estructura energética que consta de varios planos sutiles. De la misma manera que nuestro cuerpo físico nos permite desplazarnos y experimentar, poseemos varios cuerpos, llamados sutiles, que nos permiten circular, vivir en estos otros planos y sentirles.
Todos nuestros cuerpos sutiles están inte-relacionados y se cambian continuamente energía e información.
Podríamos compararles a las muñecas rusas que se encajan unas en otras… o como las capas sucesivas de una cebolla.
No voy a dar un curso de terapias energéticas aquí, me permitiré enumerar solamente los planos sutiles del cuerpo físico para los que no conocen en absoluto “este vocabulario sutil».
El plano más cercado al cuerpo físico es el etérico. Es una copia idéntica del cuerpo físico pero más sutil, es decir, sin tener la densidad. Refleja escrupulosamente su salud física.
El plano siguiente es el plano emocional (o astral) encontramos allí todas las emociones vividas en esta vida además de la resonancia emocional de otras vidas. En este cuerpo se alojan nuestras alegrías, nuestros dolores, nuestras penas… que pertenecen no solo a esta encarnación sino también a nuestras vidas anteriores.
El plano mental ahora. Ahí encontramos todas nuestras creencias y todos nuestros condicionamientos. Es el universo de nuestra psiques, el reino de nuestro pensamiento consciente e inconsciente. La sede de «Yo soy». Cuando alguien dice que tiene un mental muy fuerte, no vive solo «en su cabeza» sino que también es muy sensible a la energía de este plano de conciencia llamado el «cuerpo mental». La energía de nuestros pensamientos, las creencias etc. no se vive en nuestra cabeza sino en el cuerpo sutil.
El cuerpo causal. Este cuerpo es el de las causas, es decir, las memorias profundas… pues contiene las informaciones que están en el origen de diferentes disturbios de memorias anteriores. Este cuerpo está directamente vinculado al chakra del corazón y más concretamente al átomo germen, que es el que almacena todas las memorias pasadas del alma.
Es a nivel del cuerpo causal, donde podemos decir que existe una frontera entra aquí bajo y el más allá. Es el plano causal el que contiene el banco de informaciones de vuestras memorias pasadas, y está vinculado directamente a lo que denominamos las memorias karmicas.

»La Vida está siempre al final de la vida… Se replanta a sí misma
nutriéndose de sus propias metamorfosis»

El Gran Libro de las Terapias Esenias y Egipcias (Daniel Meurois y Marie Johanne Croteau)

Dessin Christophe Sauliere

Wesak… la hora de la Reconciliación

Wesak… la hora de la Reconciliación

Wesak… la hora de la Reconciliación

«Sabed en lo más profundo de vosotros que uno no huye de la Escuela de la Tierra, porque es imposible huir de uno mismo. Debo diciros, que la mayoría de las veces existe un egoismo detrás del hecho de querer liberar “se”. El que recorre verdaderamente el camino hacia su morada no abandona al mundo para dedicarse unicamente a su propia persona. Su meta no se parece a un Nirvana donde se libera de lo que le pesa, sino a la Luz que revela a lo largo de su propio sendero. Así, se convierte en sembrador, y por su servicio es por lo que se reúne con el Ser profundo, sin haber tenido nunca una voluntad egoista en el él. Un flor siempre se abre espontáneamente, porque es su naturaleza hacerlo bajo los rayos del sol. Por lo tanto, nadie podrá florecer nunca bajo la acción de una toma de conciencia que se queda a nivel del intelecto, de una voluntad egocéntrica ni tampoco de un miedo.

El despliegue de vuestro corazón, amigos, la respiración a pleno pulmón de la Vida pasan por una actitud de abandono sabrado, de confianza activa que nunca se podrá descubrir acumulando, sino por el contrario ofrecienco. En efecto, ¿por qué tratar de “acumular méritos”? Os convertiréis más en contacble que en verdadero gerente de vuestra propia evolución. ¡El Amor que os reconcilia con vosotros mismos y con la vida es un Amor al “Ser” y no un amor al “yo”! Nunca se revelará al cabo de un cálculo, ni siquiera de una hermosa suma. Como véis, tiene una espontaneidad generosa que espera para surgir de lo más profundo de cada uno… Escuchadla, ya que por su principio caeran los hierros de la humanidad.

No podría ser más claro: nadie se liberará, amigos, si no emplea todo el calor del espíritu para liberar al prójimo.»
Babaji

Wesak… La hora de la reconciliación ( Daniel Meurois)

¿Cómo nos afecta el inconsciente colectivo?

¿Cómo nos afecta el inconsciente colectivo?

¿Cómo nos afecta el inconsciente colectivo?

Del inconsciente a la Conciencia y el Conocimiento

¿Qué es el inconsciente?

Dentro del inconsciente, en ese vasto plano de la inconsciencia, se pueden distinguir dos componentes: El inconsciente individual y el inconsciente colectivo.

En sentido amplio, el inconsciente es un plano vibratorio, tal y como lo son los planos físico, etérico, emocional y causal. Este plano no se añade sin más, sino que engloba los planos terrestres. Podemos decir que los planos, físico, etérico, mental y causal se bañan en las aguas de lo que llamamos «el inconsciente».

El inconsciente planetario contiene toda la información de lo que se vive en los planos terrestres: registra tanto los detalles de lo que vive el planeta, como de lo que vive la humanidad y lo que vive cada humano, cada animal, planta, minerale… de hecho registra todos los grupos vivos que viven en la Tierra.

Esta información planetaria desemboca en lo que llamamos el Banco de datos akáshicos. El «disco duro» de la gran biblioteca planetaria.

Para cada uno de esos grupos también hablamos del inconsciente colectivo. De modo que tenemos el de un país, el de una ciudad, el de un grupo, el de una familia, el de una especie animal…

Es por este inconsciente colectivo como viaja una multitud de informaciones: miedos, creencias, juicios, ideales, visiones que se despiertan en ciertos grupos sociales… e incluso en ocasiones a escala planetaria.

Del inconsciente a la Conciencia y el Conocimiento

Pero volvamos al inconsciente individual. Desde el primer momento en el que el alma visita al feto en el cuerpo de su madre, adquiere su inconsciente, y éste comienza a registrar todo lo que esta alma vivirá con posterioridad.

Ningún pensamiento, ningún trauma, enfermedad, alegría, ninguna emoción se dejará de lado. El inconsciente es totalmente incondicional. No juzga absolutamente nada de nuestra vivencia, al estar dotado de una autonomía de discernimiento, todos los recuerdos a los que tendréis acceso estarán disponibles porque los hará accesibles. El Inconsciente es sobreprotector, evalúa constantemente lo que vivimos y solamente da acceso a las informaciones que necesitamos para continuar nuestra evolución. Todos los recuerdos ocultos lo están así por él y así se quedarán si no superamos las etapas necesarias que nos permitan encontrar «el recuerdo». Nuestro inconsciente no tiene ningún calendario y si no podemos encontrar un recuerdo porque no estamos preparados… este inconsciente nos dará la posibilidad de retomar ese recuerdo en una próxima encarnación para poder superarlo y así curarlo.

Todo lo que vive el colectivo humano está registrado en este vasto plano del inconsciente global al que todos estamos unidos por nuestro propio inconsciente individual. Estamos constantemente en relación con todo lo que vive en el planeta. Nuestro inconsciente individual se baña en las aguas del inconsciente colectivo.

El inconsciente conoce vuestras «memorias congeladas», conoce nuestras vidas pasadas. Al igual que sucede con los recuerdos de nuestra vida presente, es aquél que permite acceso a las vidas anteriores.

Así, en la integración memorial, el inconsciente es nuestra puerta de entrada de lo que El Cristo llamaba «la cazuela de los recuerdos». Permite el acceso a las memorias que nos cree capaz de «gestionar».
»
En otras palabras, el Inconsciente es más consciente que nuestra conciencia ya que éste ya está en la Conciencia con una «C» mayúscula. Es Conocimiento.

Marie Johanne Croteau
15 enero 2017
El Templo en Sí mismo

El Templo en Sí mismo

» Cada uno de nosotros es un templo que se muere
por haber olvidado que es uno.
Así que invita al Divino para que retome todo Su lugar en ti.
No solo un poco… ¡Completamente, totalmente, rotundamente!»

El Gran Libro de las Terapias Esenias y Egipcias
(Daniel Meurois y Marie Johanne Croteau)

 

Gráfico: Dante Gabriel Rossetti

De nuestro corazón al vuestro…

De nuestro corazón al vuestro…

De nuestro corazón al vuestro…

Estamos afligidos por este Mal que se encuentra actualmente en nuestra Tierra.

Como vosotros, tenemos náuseas profundas.

Como vosotors también, buscamos una salida, pero no la vemos porque el callejón sin salida que se perfila hoy es manifiesto.

Por lo tanto, sólo podemos denunciar estas máquinas negras y desalmadas que matan a escala planetaria. Su movimiento ferviente y despiadado se desata para desorientar y diezmar a la población mundial. Es evidente.

Sí, sus tinieblas nos están alcanzando, lo que quieren es lastrarnos porque, al igual que vosotros, nos sentimos impotentes ante tanta ferocidad.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Sí, ¿qué debemos hacer?

No tenemos las instrucciones para una operación de rescate en nuestro mundo. ¿Quién podría pretender tenerla, además de unos pocos pseudo-mensajeros del autoproclamado Apocalipsis?

¿Orar, meditar? ¿Retirarnos en un rincón del bosque si las circunstancias de nuestra vida nos lo permiten? Podríamos decir que sí, por supuesto, porque para todos es legítimo fortalecer el alma. Pero estaríamos decepcionados de nosotros mismos, decepcionados porque el retiro es a menudo sólo una fuga o rodeo que inevitablemente nos trae de vuelta, tarde o temprano, ante «eso» que se está tramando.

¿Qué hacer al respecto?

La situación actual exige, con urgencia, la implicación concreta de todos aquellos que se han dado cuenta de que cada uno de nosotros es responsable del estado de nuestro mundo, una pieza de su mosaico. Esta implicación pasa por ayudarse mutuamente, cuidarse, acoger, escuchar las diferencias y respetar a los demás.

¿Qué más hay que hacer?

Afirmar un No Masivo frente a toda servidumbre, a todas las injusticias que han engendrado, no nos engañemos, nuestra sociedad a través de nuestra cobardía, nuestra incoherencia, nuestro egoísmo y nuestra apatía.

¿Qué no hacer?

Negar que algo importante está sucediendo en la Tierra y, por egoísmo o miedo, hacer una completa burla de ello. Doblar la espina dorsal ante las amenazas y la manipulación de las conciencias… ¡No reaccionar, aceptar, dormir, no osar nada para hacer crecer este mundo!  mantener finalmente esta famosa «tibieza» de la que Cristo nos habló hace dos mil años.

Nuestra opinión es sólo nuestra opinión… Corresponde a cada uno de nosotros decidir lo que debemos hacer, concienzudamente, con nuestros propios medios, a nuestro propio nivel, con la fuerza de nuestra audacia, asegurándonos de que nuestras almas y cuerpos vivan de la manera más amorosa, coherente y responsable en el triste caos actual.

Pero cuando te mueves dentro de ti mismo por el bien de tu bienestar, también invitas a tu prójimo a que se mueva como si fuera un contagio de la luz. Así se puede crear una cadena de ayuda mutua infinita, a pesar de los vientos y las mareas.

Como vosotros, por supuesto, no sabemos lo que está pasando en este momento. Sólo podemos sentirlo. Sólo sabemos que el Gran Equilibrador Cósmico entá en un momento decisivo y exige urgentemente nuestras implicaciones…

Estamos entre la espada y la pared.

Estamos en la Tierra para ayudar y no nos apartaremos de nuestro estilo de vida.

No tenemos el control de los vientos opuestos, pero tenemos el control de la Llama de Luz, que está levantada en el hueco de nuestro pecho. Es nuestro Sello del Alma… Todos vosotros también lleváis ese Sello, recordadlo.

Al final, es el amor… es ver, cueste lo que cueste, más allá de la oscuridad que desea tragarnos.

Entonces, la Tierra cuenta con nosotros, Trabajadores de la Luz… estamos en un «estado de urgencia cardiaca». Paz y voluntad para todos nosotros…

Marie Johanne Croteau-Meurois y Daniel Meurois

La Geometria del despertar

La Geometria del despertar

La Geometría del despertar

Para continuar el camino hacia nuestra Unidad… hacia el Despertar

»¿Ves lo que acabo de dibujar, Shlomit? Esto representa nuestro mundo en este instante con su pesadez, por supuesto, pero también su estabilidad, su equilibrio. Es la Materia pero al mismo tiempo tu casa con sus cuatro muros e igualmente tu cuerpo puesto que es la morada de tu alma. Evidentemente, puedes hacer de este cuadrado una prisión; eso depende de qué manera lo consideres, es decir, del color que sitúes detrás de tu ojo. »

Tras una breve pausa, como para asegurarse de que Le seguía bien, el Maestro dibujó entonces una segunda figura en el suelo, un triángulo perfectamente regular.

»Este signo también representa el equilibrio. Sin embargo, no se trata del de la Tierra sino del equilibrio del Espíritu. Traduce primero la Fuerza que concibe, luego la que manifiesta y por fin la que sublima. Pero eso no es todo… El triángulo habla igualmente del hombre y de la mujer, del amor que hacen nacer entre ellos y que les magnifica de múltiples maneras. Habla del macho y de la hembra en cada uno de nosotros, del sol y de la luna que les habita y del necesario matrimonio al que están prometidos. Ahora permanece aún más atenta…

Cuando vivimos en el cuadrado de nuestro mundo, nos sintamos felices o desgraciados, algo en cada uno de nosotros lo percibe, a pesar de todo, como un cercado. Cada uno de sus lados nos devuelve hacia los otros. Todo en él habla de oposición. ¿Es entonces nefasto?

Así, muchos ven en su forma los cuatro barrotes de una prisión que les obliga a la horizontalidad. Pero, te pregunto, Shlomit… ¿Qué son los barrotes a la horizontal sino los peldaños de una escalera?

Pocos son los hombres y mujeres que consiguen depositar esta mirada sobre sus vidas. No entienden que, para resolver el enigma del Cuatro, es decir, de todo lo que parece oponerse en una especie de fatalidad agotadora, solo existe la fuerza del Tres.

Así, el sabio a ojos de mi Padre es aquel que consigue hacer absorber en él la naturaleza del Cuatro mediante la del Tres. No mediante una lucha sino, al contrario, mediante un abandono de los reflejos que ocasiona la adversidad. Aquel se sitúa en el centro del Cuadrado y, en lugar de dirigir sus miradas hacia las fronteras que ve, proyecta su mirada justo por encima de él. Es entonces cuando pasa del universo del Cuadrado al del Triángulo y cuando su alma comienza a acordarse de su nombre… Ya no solo existe el mundo y él, sino también el espacio celeste que los engloba.

¿Eso es todo, hermana? ¡Por supuesto que no! Pues a fuerza de mantener su mirada en altura, el sabio a ojos de mi Padre se convierte él mismo en un punto en la altura. ¿Sabes lo que ve entonces a partir de ese punto que en realidad se parece al de su corazón? Ve que el triángulo que le ha permitido elevarse en vertical se deja él mismo absorber poco a poco por otro signo… Éste…»

… la mano del Maestro que trazaba ya otro símbolo en el suelo. Era el de una cruz de cuatro brazos iguales…

»Sí, Shlomit… Te sorprende, ¿verdad? Aparentemente, la Cruz es el Dos, es el Cielo y la Tierra, del Universo como de tu ser. Sin embargo, la Cruz emerge de la luz del Tres.

Su aparente Dos no revela una nueva oposición, celebrando la supremacía del Triángulo sobre el Cuadrado. Habla de su unión definitiva en este punto último en el que se forma el Encuentro y donde se realiza el corazón liberado de aquel que ha reconocido a mi Padre.

Mira ahora ese punto… Intenta mantenerte en su centro… Déjale expandirse con una ecuanimidad y un amor sin límites en todas las direcciones sugeridas por sus rayos…

¿Qué acaba creando? ¡Un Circulo! ¡Un único hilo que lo reúne todo! Por ello, he aquí el camino que todo ser debe reconocer y tomar dentro de él para volver al Uno.»

‘El sufrimiento del Cuadrado se tranquiliza mediante la llamada a la Presencia del Triángulo, el Triángulo seguidamente da a luz a partir de la Reconciliación mediante la visión del centro de la Cruz… hasta que ese centro, a través de su corazón palpitante, dibuja en el Infinito el Círculo perfecto de la Unidad…»

Shlomit le respondió
Entonces…
«Rabí -balbuceé tímidamente llegando a captar menos que nunca su mirada- no estoy segura de estar a la altura de lo que me enseñas. No soy más que la mujer de un pescador que pasa mucho tiempo tejiendo la lana…

Si a pesar de todo he comprendido un poco el sentido de lo que has dibujado, lo que adivinas en mí dice necesariamente que estoy prisionera en el Cuadrado de los sufrimientos… Y es cierto pues mi cuerpo y esta vida son una prisión para mí.

Sin embargo… sin embargo hace tiempo, hace mucho tiempo que la Presencia del Triángulo no cesa de llenar toda mi alma. Solo vivo en la esperanza de ser llamada a unirme al Eterno. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué mi mirada no puede alzarse y borrar los muros y los barrotes de todo lo que me hace tanto daño?”

Bajo mis cabellos, que se habían soltado del velo, creí percibir una sonrisa que se esbozaba en los labios de Jeshua. Me pareció que era tierna, tierna como un resplandor de luz que viniese a suavizar su barba oscura y bien cortada.

– “Y la Reconciliación, Shlomit, ¿la has pedido?”

– “He pedido el Olvido, Rabí. Rezo al Sin Nombre para tenerlo…”

“¿Sabes que no olvidamos nunca? El olvido no es la finalidad de la vida. Lo que creemos a veces haber olvidado tan solo está aletargado en el fondo de nosotros. Los recuerdos quedan y no se borran. Forman una corona que ciñe la frente de cada uno de nosotros y constituyen su belleza de la misma. Aquellos a los en un primer lugar les gusta el veneno, tienen como destino transformarse en joyas en cuanto son lavados por la Memoria”

¡No olvidar! No poder tan siquiera plantearse el olvido… Eso me parecía demasiado terrible, amigas mías. Sonaba como un veredicto. La Memoria que tranquiliza y que transmuta los recuerdos… ¡yo creía que la merecía!

“Encarnas la nostalgia, no la Memoria, ya te lo he dicho -intervino de repente el Maestro que, indudablemente, había penetrado mis pensamientos- ¡Deja de dar vueltas! Como si fueras un asno que cava un surco a fuerza de hacer girar la muela a la que está atado. Sin embargo nadie te ha colocado una albarda. Si quieres salir de la encrucijada de tu mal de vivir, Shlomit, vas a seguirme… Ya tienes alas… Déjame que te haga brotar los pies si no, ¿sobre qué podrás ergirte?

Me invadió una especie de pánico. Entonces, ¿El Rabí quería realmente separarme de Zebedeo? ¡No tenía derecho!

Sentí como todo mi ser se encolerizaba y pensé en huir. Eso me hizo levantar los ojos… ¡Lo suficiente para que Él hundiese en ellos los suyos!

Os confieso que me hubiera gustado poder esconderme detrás de una cortina de lágrimas con el fin de esquivarlo todo y de refugiarme en el pequeño agujero de mi alma en el que tenía costumbre de ir a enfadarme pero… ¡era imposible! Las lágrimas no llegaban y la mirada del Maestro no me soltaba.

Sin embargo esa mirada no era severa, era puro Amor… ¡Ese era precisamente el “problema”! ¿No había dicho Jeshua que tenía el Amor tenaz?

El Testamento de las Tres Marías, Daniel Meurois

¿NO HA DICHO ESTO ÉL?:
»Entonces, os digo amigos mios,
Comprended que el pueblo de aquellos y aquellas que saben sentir lo que existe, yo lo llamo el de los Hijos e Hijas de la Vida. Es el que acude a mi Palabra pues intenta escuchar en ella cómo late el corazón del mundo
»Atreveros a los silencios que saben pronunciar las palabras del Amor…»
Maestro Jeshua
(Testamento de las Tres Marías)
y Vosotros ¿Sois los hijas e hijos de la Vida? ¿Puedes oír el corazón del mundo latiendo?

Canalización de Myriam de Magdala

Canalización de Myriam de Magdala

Canalización de Myriam de Magdala

«Si hay una definición de mí que puedo ofreceros, amigos míos, es esta: “Soy una enamoradiza”. Esa ha sido la clave en mí. Esto es lo que deseo que seáis: enamoradizos y enamoradizas de la Fuerza de Vida que está en vosotros. Esa Fuerza de Vida es vuestro verdadero esposo o esposa. Llamadla, pedidle qua actúe en vosotros y será Cristo quien actúe en vosotros. Aplicaos simultáneamente esta iniciativa, a vuestro alrededor, en lo concreto.
Ofreced vuestro tiempo, ofreced vuestra fuerza, ofreced sin contar, tan solo cosechando miradas de amor. Cesad los pequeños contactos con los demás y con todos los contextos de la vida -dejad el lenguaje de la negociación, el lenguaje mercantil: “te quiero si me quieres, te vendo si me devuelves con un interés, invierto en ti, etc.”.

Vais a ser infinitamente rico con lo que deis en cuanto no tengáis miedo de actuar como sabe vuestro corazón que debe hacerlo y como os dice que lo hagáis. No temáis más, no tengáis el menos temor de lo que se pueda esconder tras vuestra máscara…
Queréis siempre que una fuerza superior baje hacia vosotros, pero ¡habéis pensado que sois vosotros mismo los que tenéis que ascender hacia la Fuerza que está en vosotros! Adentrarse en sí mismo es crecer. Es crecer uno mismo hasta que observemos que no hay más arriba ni más abajo, ni tu ni yo, ni Maestro-ni discípulo, ni sol ni luna, tan solo un espacio puro en lo más profundo de nuestro corazón, un espacio que resuelve todas las tensiones.

Pero, no penséis, amigos míos, que os arrastro en una especie de sueño, un sueño entre los que están de moda hoy día en alguna literatura. Os entreno a pensar, a fusionaros con la Realidad. Y es gracias a la fusión, a la fusión con vuestra realidad, como vuestro corazón va a unirse al de los demás corazones, que se unirán a su vez al de los demás, y así sucesivamente… hasta lograr que las realidades concretas de este mundo, sus leyes físicas, sus mecanismos psicológicos, todo lo que caracteriza su sensibilidad, su comprensión, su inteligencia entren en cambios irreversibles. Quiero deciros, aunque lo sepáis ya, que sois vosotros quien tenéis la total responsabilidad del decorado, de los decorados en los que vivís y en los que viviréis.

¿De qué queréis parir? La Realidad, la cuestión surge aquí. Myriam os lo dice, vuestra clave está en vosotros, vuestra clave está en vuestra sencillez, en vuestra generosidad, en vuestra abnegación – observad que no he dicho sacrificio, es completamente distinto – vuestra abnegación, vuestra voluntad de cumplir con vuestro destino, de cumplir con vuestro cambio, vuestra voluntad de ir hasta el final de vuestra esperanza. Quizás al principio os tomen por “iluminados”, tópicos reconocidos.

Id cada día un poco más lejos. Sed vosotros mismos y dejad de interpretar roles. Yo misma he interpretado muchos roles a lo largo de mis numerosas vidas, me parece justo, verdaderamente justo insistir sobre este hecho. La mentira que se hace uno mismo es lo peor de las mentiras. Es la que nos envenena poco a poco. El orgullo y la cobardía, la pretensión, nada de eso queréis ya, ¿verdad?
Soñáis con un mundo en el cual la paz no sea solamente una tregua entre dos guerras. Bien, pues ¡sembrad paz en vosotros! Haced lo que haga falta sin querer convencer a nadie de nada, sin preocuparos de las críticas ajenas. Sembrad, amigos míos, la paz en vosotros. En esto se resume la cosa. Borrad las fronteras.

Que esta voluntad de entrar en transformación que os reúne aquí, hoy, con fuerza suficiente, ocupe mucho más sitio de vuestra vida, que esta voluntad ocupe todavía más sitio en vosotros junto a la tolerancia, quizás entre una muchedumbre de intolerancia, de modo que el hecho parir en el mundo que alimentáis, entre verdaderamente en su fase decisiva. La decisión os pertenece. No pertenece a vuestros Hermanos de Estrella, no pertenece al Maestr Jeshua, ni a una Fuerza exterior que lo ha habitado y que adoraríais como a un Mesías; pertenece a la atención que le vais a prestar a la naturaleza profunda de vuestra vida, a la naturaleza profunda de vuestros actos y pensamientos aún sabiendo que esta a-t-e-n-c-i-ó-n proviene de vuestra intención. ¿Cual es verdaderamente vuestra intención de ser y de actuar?

Canalización Myriam de Magdala
Publicado por Marie Johanne Croteau

El umbral de los Elfos… el mundo élfico contado desde el interior

El umbral de los Elfos… el mundo élfico contado desde el interior

El Umbral de los Elfos… el mundo élfico contado desde el interior

Una entrevista con Marie Johanne Croteau-Meurois realizada por Sacrée Planète

Editado por Le Passe Monde, en su lengua origunal, francesa (Canada-Francia-Suiza-Bélgica), su libro «El Umbral de los Elfos… el mundo élfico contado desde el interior» está editado en español, en alemán, en USA, en italiano y próximamente en Ruso.

Sacre Planet:Marie Johanne, hay ya mucha literatura que habla del mundo de los elfos, entonces, ¿en qué es diferente tu libro? Porque se ve que está teniendo mucho éxito.

Marie Johanne: En efecto, la literatura dedicada a este universo y a las Fuerzas invisibles de la Naturaleza, es muy abundante. Sin embargo, muy raras son las obras en forma de testimonio. ¿Por qué hablo aquí de testimonio? Porque llevo en mí la memoria precisa de una vida en este mundo… Soy consciente de que esto pueda sorprender e incluso yo misma me lo he planteado mucho antes de lanzarme a la aventura de esta «confesión». Porque si ya no es sencillo abordar en profundidad y con veracidad un tema como este, lo es menos aún, que soy protagonista y testigo presencial de un mundo que es negado por la sociedad actual.

Habitualmente los relatos dedicados a este tema, suelen ser contados por humanos que dicen ser mensajeros de los pueblos del éter. Entonces para ser muy directa, diré que es una memoria de elfo que llevo en mí, una memoria que nos remonta a principios de la civilización celta, en un tiempo donde lo sutil estaba muy cerca de lo denso y donde existían verdaderamente puertas entre los dos mundos.

Tengo que decir que la naturaleza de mi relato está muy lejos de los cuentos y leyendas que existen en la pequeña infancia y todo lo imaginario de nuestra sociedad. Es otra cosa…

Es a través de los anales akásicos, a los cuales tengo acceso desde hace tiempo (incluso antes de pueda dar un nombre a la «base de datos» que representan) traspasando esta especie de velo que separa los niveles de realidad, es como hago penetrar al lector en los miles de detalles del mundo del Éter.

Se trata, de informaciones sobre la vida del Universo Elfico, que para la inmensa mayoría jamás han sido reveladas. Mi desafío más importante ha sido el restituir el vocabulario a través de los ojos de una Elfa que ha vivido hace casi once mil años en el corazón del «Éter del aire» en la comarca que más tarde sería Irlanda.

SP. ¿Qué es lo que finalmente le ha incitado a escribir este libro? ¿Es un proyecto que tenías desde hace mucho tiempo?

MJ: Sí, este relato forma parte de mi historia, testimonia eso que llamo mi sello de alma. Pienso que hoy día estamos llegando a un punto de desacralización de todo lo que existe que es el momento de que testimonios auténticos sobre la multidimensionalidad de la vida se den a conocer. Es necesario reabrir las conciencias humanas a los mundos invisibles ya que constituyen nuestra trama. Los Elfos con los Tejedores de nuestro mundo. Son los Reflectores de una luz a través de la cual todo lo que constituye nuestra naturaleza puede manifestarse… Su universo es el molde del nuestro. Es la idea primera en su perfección.

SP: Tu libro nos adentra en un universo tan extraño para la mayoría de nosotros que nos parece imaginario. Sin embargo, nos dices, que se trata de un mundo muy real que guardas en tu memoria. Su realidad subyacente a la nuestra nos interesa mucho, pero, al mismo tiempo no intentas convencer… ¿Por qué?

MJ: Aunque lo presento bajo una forma narrativa como podría ser la de una novela, este libro no es una obra de ficción. Lo que relato es una historia auténtica. Por esta razón, es la Elfa que era en aquella época lejana quien lo cuenta… es de quien proviene y no desde una mirada exterior donde no se sabe nunca nada, como el caso de una novela. Yo soy la narradora con mi nombre de aquella época, Gwenedys. Bueno, relativamente ese nombre, tengo que decir que he intentado darle una consonancia humana pronunciable. Las sonoridades de la lengua elfica están totalmente inadaptadas a un contexto humano porque vibran mucho más rápido que las vibraciones de la tierra densa. La sonoridad del nombre Gwenedys es la que he encontrado más parecida o apropiada al «lenguaje de la Tierra».

Volviendo a la credibilidad de mi relato, no tengo otros argumentos que ofrecer que mi garantía de verdad sin buscar forzar que se me crea o no. Me gustaría poder abrir un poco más las alas interiores de los que descubran mis páginas hacia «algo» que se esconde en el corazón mismo de nuestro universo. Evidentemente, no faltarán los escépticos que hablarán de delirios o de alguna patología o cualquier cosa, pero eso tiene poca importancia. No, no estoy contando cualquier cosa. Deseo simplemente con mi testimonio invitar a viajar en conciencia hacia otros horizontes… horizontes de los que dependen nuestro mundo de tierra, se reconozca o no.

SP: ¿Puede describir este mundo elfico, el que ha sido vuestro hace millares de años?

MJ: Lo más sencillo es sin duda dejar hablar a Gwenedys, así como ella aún vive en mi… «Mi Mundo está hecho de materia y de inmateria, de Soplo del Aire y del Agua. Es una especie de reino. Contrariamente a lo que se dice, no es un mundo paralelo al de los humanos ya que es interno. Sí, porque detrás de esta tierra que nos acoge, hay otra Tierra… Mi Mundo es, en efecto, como un líquido amniótico en el cual se baña la materia densa… la que cada uno conoce y que piensa que se limita a lo que ve. Es como una especie de luz mezclada de gas, una sustancia cuádruple que se descompone de esta manera:

1-El Éter del Aire, es el de los Elfos, el mío. Lleva y comunica la esencia del Soplo como velo de vida.

2.-El Éter del fuego, concretamente el de las Salamandras. Se le llama el Éter luminoso y transmite la Flama de vida, la fuerza de todos los Pasajes.

3-El Éter del agua, viene después. Es el Universo de las Ondinas, una especie de sutil fluido reproductor que está en la base de toda siembra y que aporta también la pulsión vital.

4.-El Éter de la Tierra: aquí encontramos los Gnomos, Duendes, Trolls, con frecuencia caricaturados en los cuentos y leyendas. Se trata de un éter que se puede definir como químico, facilita la función de asimilación en el corazón de todo organismo.

Estos cuatro elementos que constituyen el Universo etérico se interpenetran permanentemente y sirven de base a la Materia densa de eso que se llama «La Tierra del Exterior»

SP: ¿Podría situar el mundo elfico en una especie de jerarquía de lo invisible?

MJ: La palabra jerarquía posiblemente no es la más adecuada, en la medida en que todos los elementos de lo que constituye la trama sutil del mundo visible están íntimamente vinculados y son complementarios. Sin embargo, si aceptamos este término por su parte práctica, una especie de jerarquía espontánea se establece en lo sutil en función de las diferentes capacidades de cada expresión de vida en la transmisión de la Luz de lo Sagrado, es decir, del Divino.

Si nos remitimos ahora más específicamente al Universo Elfico, encontramos Grandes Consejos, pero no de Gobernantes como tal. Es la perfectibilidad o la especialización de las capacidades de cada Elfo lo que le proporciona un papel específico más que otro.

¿Podemos hablar de espiritualidad en el Universo Elfico? Verdaderamente no en el sentido en el que lo entendemos en la Tierra de los hombres. El concepto de Dios, por ejemplo, es extraño por la manera en que lo abordan los humanos. Los Elfos, de diferentes niveles, están más bien en contacto con los Arcángeles «Los Grandes Luminosos». Es a ellos a los que se refieren, pero no como Dioses, sino como formas más evolucionadas de vida sobre las que no se hacen preguntas. Lo que se busca es la armonía y todo se hace sistemáticamente en función de ella.

Los jefes del Gran consejo son los que garantizan la solidez y la permanencia de su mundo en una zona vibratoria dada. En mi testimonio, se trata de la comarca de Tellendrach, trama etérica o pre-forma de lo que luego fue Irlanda.

Me ha parecido importante en mi obra representar un esquema relativo a otros tipos de jerarquías que rinden cuentas, por un posicionamiento práctico, en múltiples esferas de la Conciencia.

SP: ¿Y el espacio-Tiempo en el que fue vuestro mundo, el de Gwenedys? ¿Es idéntico al nuestro?

MJ: La percepción del tiempo para los Elfos es totalmente diferente al de los humanos. El tiempo que pasa no desgasta sus cuerpos, simplemente hace avanzar, mutar todo lo que es… Los Elfos no envejecen y tienen siempre la misma apariencia, son de una belleza y una juventud que no se marchitan, solo su alma envejece… en el sentido de que «madura», es decir, gana en experiencia y sabiduría. ¿Podemos hablar entonces de una posible evolución? La respuesta es compleja, porque el Elfo está muy formateado en su comportamiento y en las tareas que cumplen para un bien común. No obstante, inevitablemente, hay en él un «grano» de perfectibilidad del que no es consciente necesariamente. Pero si reflexionamos sobre esto… muchos humanos analógicamente están igual. El miedo a lo desconocido… Por otro lado, no hay días ni noches en el mundo del Éter sino luminosidades diferentes a través de las cuales la Naturaleza progresa y obra según sus estaciones. No se impone más la luna que el Sol simplemente son cambios de intensidad y de tonalidad luminosa. Un año elfico, si empleamos referencias humanas, se compone de 28 «semanas» porque el Éter se renueva según ciclos de 28 secuencias vibratorias. Podríamos decir, por ejemplo, que un año elfico equivale más o menos a 100 años «humanos».

SP: Hemos visto que vuestro relato está centrado en la historia de una Elfa que se llama Gwenedys. Esta Elfa, empujada por un «grano» de evolución o de perfectibilidad, como el que habéis nombrado ahora, desea dejar su mundo para explorar la región humana… lo que sembrará la disidencia entre los suyos. El tema recurrente de su relato es la audacia. ¿por qué esta noción de audacia es tan importante?

MJ:¿Por qué la audacia? Porque la audacia es siempre portadora de Luz en el sentido en que genera movimiento, que es la fuente de toda evolución posible. Es con la audacia con la que rompemos el círculo vicioso que nos hace sistemáticamente reproducir los mismos esquemas… para al fin osar avanzar, subir en conciencia. La audacia, es un deseo de Sol que florece dentro de nosotros. Es a lo que el Cristo nos invitaba hace de 2000 años… ¡Osar! Y esta audacia Crística a la que yo hago referencia en mi libro y también por la que trabajo hoy día en mi propia vida y en mi compromiso público actual. Se trata de una audacia que habla del femenino sagrado. Este famoso Femenino Sagrado muy «de moda» actualmente y desgraciadamente a menudo desvalorizado, deformado, en detrimento de lo que hay de respetable también en cada hombre… No hablo de un «femenino» que se posiciona contra un «masculino» en su aspecto «de macho» y por tanto guerrero sino más bien de ese «Femenino dulce» que invita a un equilibrio justo en el Masculino… y viceversa. Hablo de un Femenino como lo evoca Daniel Meurois en su libro, muy vanguardista, «Visiones Esenias» ya en el año 1996.

Le cito:

«La iniciación por el fuego femenino porta la ley de la verdadera transformación, porque la paz hacia la que hace avanzar, sobresalto tras sobresalto, no tiene nada que ver con la tregua. La tregua es un principio masculino. Un principio guerrero que hace marchar al soldado siempre sobre el mismo sitio. El soldado tanto como hombre o como mujer, ejecuta esa marcha siempre en el mismo lugar. Pisotea y comprime la tierra en lugar de airearla. La virtud femenina que ni siquiera roza el corazón masculino es semejante a una flecha de oro que falla su objetivo. Así, mientras el fuego Femenino no sea deseado por la conciencia del hombre, este último siempre estará huérfano de la mitad de si mismo.»

SP: Parece, Marie Johanne, que más allá de la historia misma, bastante envolvente según las declaraciones de numerosos lectores, se puede ver El Umbral de los Elfos como una alegoría que habla de la transformación de las conciencias. ¿Es así?

MJ: Sí es cierto, la transformación de Gwenedys llama a la transformación de todas las conciencias porque hace moverse ahí dentro todo lo que se estanca y nos hace sufrir más y más. Gwenedys, se convierte también en un símbolo porque la posición extrema en la que se coloca nos invita a no someternos nunca, a no plegarnos jamás ante una fatalidad. Ella rechaza la tibieza.

De una manera más amplia, viene a hacernos pensar en la Tierra de otra manera, la Vida de otra manera… amar de otra manera, con otros parámetros. ¿Cómo? Por este coraje, esta voluntad, esta audacia que ha demostrado pasando esta gran puerta hacía una metamorfosis más … la nos espera a todos sin excepción en este mundo de Tierra. La transformación de la conciencia a la cual aspira es casi Arquetipal en la medida en la que evoca una llamada a lo que, cíclicamente, necesita mover en nosotros al acercarnos a todo cambio de ciclo, ya sea individual o colectivo… incluso si nos negamos a verlo.

SP: ¿Es un tema que le importa muchísimo?

MJ: Absolutamente ¡y más que nunca! Hoy día, estamos llamados con urgencia a cambiar de «molde» vibratorio. En esta época de transición ¿Cómo no ver lo que nos llama si nos quedamos apáticos y sumisos? A partir del momento que tomamos conciencia de que los parámetros fundamentales de nuestra relación con el mundo, con los otros y por consecuencia con nosotros mismos, deben cambiar rápidamente, debemos convertirnos en faros sobre esta Tierra, «desbrozadores» de caminos para ayudar al corazón de los hombres a crecer. Lo primero que es necesario modificar en nosotros, es nuestro propio nivel de conciencia y el resto llegará… ¡Es necesario absolutamente quebrar nuestro yugo de egoísmo de una vez por todas!

SP: La relación con la naturaleza, su aspecto sagrado está presente igualmente en cada página de vuestro libro. La forma en la que la abordáis resuena particularmente hoy mientras que la contaminación y el no respeto por el medio ambiente son uno de los temas más importantes que preocupan mundialmente. Sin embargo, va más lejos que una llamada básica al orden ecológico describiendo la vida sutil de la Naturaleza con una N mayúsculas. ¿Puede hablarnos de este aspecto sagrado?

MJ: En El Umbral de los Elfos, la naturaleza elfica está totalmente omnipresente con el color de cada una de sus estaciones, sus luces vivientes y vibrantes, y en fin su estructura energética subyacente que es un personaje por sí mismo, una Presencia verdadera que embebe y ordena todo, de la misma forma que los Grandes Luminosos. El tiempo propio de este mundo es parte también de sus características. Incluso constituyen uno de los parámetros mayores del relato, así como el motor de su conclusión que, se sobre entiende, es una forma de eternidad que puede aproximarse de forma diferente en función de la elevación de la conciencia del que la contemple.

SP: La relación con el Divino igualmente es puesta en evidencia. Nos ha podido hablar de ello, pero ¿está totalmente fuera de concepto o fuera de creencias? ¿Cómo lo describe en el Universo elfico?

MJ: El alma elfica tiene a la vez alma animal y alma humana y por ello tiene la posibilidad de expresar todo lo que tienen cada una de ellas de espontáneo, es decir, lo que está más acorde con la raíz de la vida. Es una especie de matrimonio armonioso y ligero entre las dos almas, sin embargo, son fundamentalmente amorales, sin ninguna otra intención que la de sostener y prolongar el Soplo sagrado de la Vida. Ninguna religión, ningún dogma… justo lo que se vive permanente de una necesidad de servicio a la Onda de donde todo provienen.

El concepto de Dios, tal como se habla entre los humanos, no tiene ningún sentido entre los Elfos. El elfo no tiene necesidad de conceptos. Él se sabe, se siente en una Luz sagrada que le alimenta, le motiva y le hace «Ser» ¡y eso es suficiente!

SP: Según vuestro testimonio, parece que, a pesar de todo, hubiera un lazo entre el mundo elfico, el lado sutil global de la naturaleza y el mundo humano. ¿Cuál es el estado en el que se encuentra actualmente?

MJ: La naturaleza está enferma por lo que el hombre ha hecho en su total libre-albedrio. Gwenedys, la Elfa de mi relato, dice así: «Nosotros los elfos, somos los tejedores de la Tierra. Todo lo que vive en vuestro mundo vegetal, nosotros lo hemos pensado en nuestro mundo y realizado en su perfección inicial. Por desgracia, cuando la Fuerza de Vida nos permite soltar «deslizar» nuestras creaciones hacia vuestro mundo terrestre… vuestras vibraciones, vuestra seriedad, vuestra densidad les afecta y les hacen perder su estado de Gracia original»

Actualmente los elfos, así como las otras presencias sutiles de la Naturaleza intentan siempre desplegar una gran actividad allí donde la Materia sufre, allí donde una planta, un árbol, incluso una roca, están enfermos… pero ellos no pueden obrar milagros. Cuando ya no hay nada más que puedan hacer, se retiran de la zona enferma por estar demasiado contaminada por el comportamiento de los hombres. Los Elfos se están retirando cada vez de más zonas geográficas de la tierra debido a la actividad destructiva de la población humana. Las nociones de colaboración y de creación colectiva son una prioridad para el mundo elfico porque el Principio de Unidad de Todo, para ellos es evidente y no opcional. En esto, ¡los hombres tendrían que aprender mucho!

SP: ¿Qué podemos hacer?

MJ: Cambiar la actitud, concienciarnos cada uno de nosotros, porque nos concierne a todos, el hecho de que destruimos la vida de la tierra, una tierra que es nuestro hábitat, que nos provee, nos nutre, nos alienta y representa nuestra supervivencia… Por eso, nos incumbe sostener activamente los movimientos de denuncia de los que contaminan y destruyen nuestro planeta.

En cuanto a un plano más sutil… debemos, sin tardar, retomar de nuevo los lazos con los Espíritus de la Naturaleza. Invitarlos a nuestra casa, agradecerles, honrarlos reservándoles un lugar en el jardín, del bosque, justo para ellos, donde no entraremos, esto es justo lo que se hacía en otros tiempos. Crear un espacio sagrado con los árboles, arbustos y flores para que puedan manifestarse y reintegrar poco a poco las zonas enfermas… Hacer todo para que vuelvan a confiar en nosotros, porque han perdido la fe en nosotros. Hacer todo también, con el fin de que integren en ellos el hecho de que existe en este momento un gran viento de cambio proclamado por numerosos humanos, la voluntad de un mundo mejor porque respetará una Unión necesaria de la multiplicidad vibratoria. En definitiva, incitar a los Seres de la Naturaleza a ayudarnos en nuestra reconstrucción natural. Es finalmente el movimiento inverso del relato del hada que pide transformar nuestra realidad. Debemos, los que estamos en el «Mundo del Exterior», mostrar al Pueblo Elfico que merecemos la pena el ser ayudados.

Si aceptamos su existencia, si tomamos tiempo para escucharlos en los murmullos de la Naturaleza, les damos las gracias, entonces les volveremos a ver porque, en efecto, ellos siempre están ahí.

SP: Una pregunta sin duda algo curiosa…. ¿Puede volver a ser Elfo cuando se ha convertido en humano? ¿es difícil?

MJ: ¡No hay retorno posible hacia el reino Elfico! Yo he pasado ese Umbral hace once millones de años y después otro Umbral hace dos mil años para integrar mejor y habitar «mi carne humana» y su densidad, esto ayudada por el Cristo investido por la energía del Arcángel Michael* sí, hay días en los que querría no haber salido de mi Mundo… Pero, hay trabajo sobre la tierra, en la densidad… y es esta dirección la que mi alma ha dado prioridad para avanzar… para amar mejor y ayudar más y más…

*Ver el relato de Marie Salomé (Shlomit) en el «Testamente de las Tres Marías» de Daniel Merurois.

Marie Johanne Croteau-Meurois :
www.intus-solaris.com
www.danielmeurois.com
Lien d’entrevue vidéo sur Le Portail des Elfes :https://youtu.be/S1BHa15ACZk

Esas almas que parten … Doce relatos verídicos recibidos desde el más allá

Esas almas que parten … Doce relatos verídicos recibidos desde el más allá

Esas almas que parten … 12 relatos verídicos recibidos desde el más allá

“Es en este Devachan con sus múltiples facetas holográficas donde el alma continuará trabajando sobre ella misma y así sigue participando en el movimiento infinito de la Vida.

Allí, un alma evolucionará, se instruirá y aprenderá, enseñada por diferentes Guías de Luz que se dedican a este fin, para después reemprender el camino de la encarnación.

La Rosa Negra…

La pequeña silueta de Caro me esperaba, de pie delante de un cajón metálico del depósito de cadáveres del hospital… Las lágrimas fluían por sus mejillas azuladas. Qué impresión verla en un lugar tan lúgubre.

–          “Tengo miedo… no entiendo que pasa… ¿Estoy muerta? Hubo un gran ruido en mi cabeza, un dolor en el cuello y… luego, nada más. Todavía esperaba al lado de mi coche a que me socorrieran y después me sentí aspirada y alargada sobre esta placa fría. Estoy intentando decirles que estoy aquí, les toco, les hablo… ¡no me ven! ¿es así la muerte?
¡Es horrible! Trabajé tanto para estudiar y ¡zas! ¡ ¡Me dejo sesgar por el espectro de la muerte! ¡Quiero vivir, lo deseaba con todo mi corazón! Tengo aún tanto que hacer … ¿Puede pararse una vida tan tontamente como de esta manera? ¡Solo quería ver el mar!… me murmuró sollozando. ¡Es demasiado cruel! ¡Estoy furiosa!
No aprendí a morir, nadie me habló de esto, era un tema demasiado siniestro, un tema que se evita. Pero aquí, me duele, me duele en mi interior. No es justo, ¡verdaderamente no es justo!

Estaba delante de ella con los brazos caídos, el corazón en pedazos y totalmente incapaz de responderle algo tranquilizador. Entonces, me callé… mi brazo rodea su hombro nos sentamos en el suelo y esperé que sus llantos se calmaran. *

–          “háblame, continúa hablándome Marie Johanne, esto me reconforta poco a poco. Dime que no tenga miedo” me lanza -con sus grandes ojos negros-.

(…)

“Extracto de Esas almas que parten … 12 relatos verídicos recibidos desde el más allá. Por Marie Johanne Croteau-Meurois.

Muy pronto en español!

El Despertar

El Despertar

El Despertar

«El amor (que reclamáis) constantemente levantando los brazos al Cielo es ante todo fruto de una valentía procedente de la Tierra… porque el Despertar, sí… el Despertar requiere valor.»

Las 108 Perlas del Cristo. Daniel Meurois

Es frecuente que solo nos acordemos de la Presencia Divina o de alguna Fuerza Celeste cuando afrontamos un obstáculo. Entonces Lo Celeste y el Amor que se supone que debe manifestarnos acuden a nuestra memoria como un salvavidas que nos debe ser lanzado obligatoriamente.

De modo similar, siempre esperamos ser gratificados por algún signo emanado del “Cielo”: “Si Dios y los Ángeles existen, deberían…”.

En lugar de repetir esos esquemas, haríamos mejor en plantearnos cuál es nuestro modo de funcionamiento. ¿Es posible que con demasiada frecuencia permanezcamos en la espera, en la indecisión o incluso en la pasividad ante los acontecimientos que constituyen los meandros de nuestra vida?

Si concebimos a Dios como proveedor de soluciones a cada uno de nuestros problemas, nos equivocamos.

Su objetivo como Principio es enseñarnos a sostenernos en pie. Llamarlo desde el fondo de nuestro corazón no debe significar tender la mano con la esperanza de recibir una limosna. Lo Divino anhela darnos ciertamente mucho más que una limosna. Su intención a través del Espíritu de Vida es dárnoslo todo, empujándonos a cultivar nuestras propias fuerzas.

Por ello, más que ante cada uno de los obstáculos con que tropezamos, su Compasión se expresa en consideración del conjunto de nuestro avance. Nos ofrece siempre el fuego, la sal y el agua en los momentos más adecuados, a punto para que aprendamos el sentido del valor… pues es el valor el que puede llevarnos a despertar, o dicho de otro modo, a recobrar nuestra identidad.

Comprendamos que nuestra fuerza de ascensión no depende solamente de una llamada hacia “arriba”: debe apoyarse en la matriz extraordinaria que es la materia de nuestra Tierra.

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